El tremendismo es un género literario que se desarrolló, fundamentalmente, en la novela española de los años cuarenta del siglo XX. El tremendismo como género literario sigue una tendencia triste y decadente tratando de hacer un retrato de las vidas de las generaciones simultáneas y posteriores a la guerra. La relación entre esta tendencia y el contexto social de la inmediata posguerra es clara, pues parece responder a las complicadas experiencias vividas por los autores durante la guerra, la cual habría condicionado su manera de ver y presentar la realidad en el mundo artístico. El tremendismo es una forma particular de describir la realidad bajo la óptica de la exageración, utilizada a veces para crear en terceros la idea de que una tragedia es inminente, con el fin oculto de inducir a una determinada decisión, que se hace ver como la única capaz de evitar el suceso nefasto.
Autores
Características
El género del tremendismo, se caracteriza por los siguientes aspectos:
- Retrato a una sociedad, recién salida de una terrible guerra insistiendo en aspectos duros, tétricos y degenerados. Vemos pues esta descripción tan dura y agria en obras como “Nada” de Carmen Lafornet donde Andrea, la protagonista malvive en una casa prácticamente en ruinas junto a su abuela, sus tres tíos y la criada.
- Tratamiento de los personajes, habitualmente seres desdichados, marginados y decadentes, como consecuencia directa del conflicto de la Guerra Civil. Este resultado es patente no solo en lo físico, sino también y especialmente en lo moral.
- La estructura narrativa sigue con su tradicionalidad.
- Hace uso de un lenguaje desgarrado y duro.
Hechos extraliterarios
Tanto el tremendismo como en movimientos posteriores, se ven marcados por una serie de elementos extraliterarios que condicionan en mayor o menor cantidad (dependiendo de la proximidad que exista a la Guerra Civil) su escritura. Así pues, en la literatura de los años 40, influyen ciertos aspectos que definen los límites a los que esta puede llegar. Estos límites son principalmente ideológicos y suponen una barrera en la literatura española de la época.
Algunos de estos hechos son la presencia de una fuerte y estricta censura que filtraba todas las obras (ya sean cinematográficas, como literarias). Un silenciamiento de la generación del 36; los autores de esta generación parten al exilio y no se les vuelve a ver, con lo que se consigue que no divulguen su ideología. Se produce un aislamiento internacional; España se aísla literalmente del resto de Europa que, aunque había atravesado una guerra mundial, ya comenzaba a resurgir con movimientos artísticos, a los cuales España no tenía acceso. Se fomenta la literatura “nacionalista” fiel al régimen.
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