lunes, 14 de febrero de 2011

Parte IV Inquisiciones

Andrés finaliza la sustitución en Burgos y vuelve a Madrid. Tenía un dinero ahorrado que envío a Margarita. Ansiaba salir de Madrid, y estaba dispuesto a coger cualquier trabajo que se le presentara.
En la biblioteca Nacional, se encontró con un buen amigo suyo, Fermin Ibarra. Este estudiaba para ingeniero, y tenía la cabeza llena de proyectos e ideas.
Por la tardes, Andrés visitaba a Iturrioz. En a azotea de su casa, conversaban de manera filosófica sobre aspectos que angustiaban a Andrés. Una tarde, Iturrioz le preguntó a Andrés que tenía pensado hacer con su vida. Andrés le confesó que no le atraía la práctica de la medicina, y que le interesaría más trabajar en un laboratorio. Ambos argumentaron que faltaba entusiasmo en la educación española, y Andrés le confeso su interés por filósofos alemanes como Shopenhauer o Khant. Iturrioz penaba que Andrés se complicaba la vida, decía que estos no le llevarían a nada bueno y le recomendaba los filósofos ingleses como Hobbes aunque Andrés no se dejaba convencer y seguía en defensa de los filósofos alemanes. La discusión entre Iturrioz y Andrés viene a ser aquí una contraposición del pragmatismo filosófico y el utilitarismo inglés.
Iturrioz defiende lo práctico, aquello que se puede medir, y dice, en contraposición con Andrés, que no busque el cambio en la utopía, ya que eso le traerá aún más desgracia, debida a la impotencia ante este cambio, que según Iturrioz, es imposible, por eso le recomienda que busque el cambio en aquello que le rodea, que sea práctico.







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