domingo, 20 de febrero de 2011

La Generación del 27

La generación del 27, supone la culminación de la perfección poética. Bajo el influjo de diversas temáticas, consigue una depuración del estilo que, personalmente me gusta mucho. 
Me hubiera gustado tratar más este grupo de autores en clase pues suponen, para mi, la mejor generación de poetas españoles:

LA GENERACIÓN DEL 27
En 1927, al cumplirse el tricentenario dela muerte de Luis de Góngora, Gerardo Diego y Rafael Alberti convocan un acto conmemorativo en su memoria. Estuvieron presentes en el acto personalidades como Salvador Dalí, o Dámaso Alonso entre otros. A partir de ahí nació la generación del 27, en la que cohexisten diversas tendencias, desde las que recogen la influencia ultraísta hasta los que crean una poesía más pura (debido a su enorme admiración por Góngora, y la influencia de Juan Ramón Jiménez), ambos buscando el contacto con la lírica tradicional y popular. 
La generación del 27, recoge el influjo de dos grandes poetas y ensayistas de la generación del 14 como son Juan Ramón Jiménez y José Ortega y Gasset. Este último, tubo mucho que ver con la confección del estilo del 27 gracias a obras como "La Deshumanización del Arte", ensayo que dará el punto de partida a la vanguardia española. Es de señalar el carácter cosmopolita de los autores del 27 en contraposición al hispanismo cerrado de los autores del 98: Muchos de ellos viajan al extranjero, visitan universidades como lectores y estudiantes. Dámaso Alonso viaja a diversos puntos de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, Guillen a París, Gerardo Diego a Francia...etc).
Esta generación está formada por poetas, es una generación lírica que recoge influencias de la poesía de Juan Ramón Jiménez, muestra gusto por la lírica tradicional popular, y la poesía clásica española, con la influencia de autores como Góngora, por supuesto, a quien le atribuían la creación de la metáfora brillante, o Garcilaso de la Vega. Si a todo esto, se le suma una innovación linguístca, y una depuración del lenguaje con respecto al vanguardismo, se obtiene un estilo propio de temática poco definida que supondrá el comienzo de la generación del 27. 
Influyeron mucho al principio de este movimiento las reflexiones sobre el hecho artístico y la teoría de la “Deshumanización del arte” diagnosticada por José Ortega y Gasset en 1925. Ortega analizó las tendencias literarias y artísticas de después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y las caracterizó como arte deshumanizada. Ortega aporta con "La deshumanización del arte" (1925) una visión crítica y en cierto modo descriptiva de la estética del 27. La Generación del 27 se caracteriza al comienzo por su intento de buscar el arte por el arte, el arte deshumanizado, quizá por oposición al espíritu de la Generación del 98. Es necesario destacar que toda esta generación bebe de las nuevas tendencias europeas, sobre todo del Ultrísmo movimiento poético de vanguardia surgido de las tertulias que iniciara Rafael Cansinos-Assens en el Café Colonial de Madrid a finales de 1918. 
No obstante, a partir de 1930 de nota un cambio de dirección en esta orientación propia del 27: se produce un apartamiento progresivo de la dirección deshumanizadora del arte que tanta influencia había ejercido en ella, y se va en busca de la humanización de la poesía. Es llegado este punto cuando cada poeta prosigue con un camino estético distinto, es por eso, que es muy difícil agrupar a esta generación bajo una misma temática.











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